Qué es meditar

Qué es meditar?


Tantas veces oigo esta pregunta, tantas veces me cuestiono sobre la respuesta correcta.
Espontáneamente, contesto que meditar es sentirse bien y nada más.
Es su esencia. Sin metas, sin expectativas, sin hacer nada, nada queda por hacer.
Hoy creo que la respuesta reside en el que formula la pregunta.
Cada persona es una meditación, un camino individual en el que se inicia un viaje hacia nuestro profundo ser.

Luego surge otra pregunta: ¿Cuándo es que nos sentimos bien?
Cuando la mente está quieta, el corazón abierto y sereno, el cuerpo relajado, encontramos un estado de relajación natural y profundo que nos permite ascender a un nivel de conciencia más vasto, aumentar nuestra capacidad de concentración, mantener la mente calma.
Estos factores nos permiten ser más resilientes y flexibles a la hora de enfrentar problemas o conflictos internos y externos. Con calma y concentración, encontramos soluciones a nuestros problemas de manera más clara sin que emociones perturben la mente racional.

Los beneficios de la meditación han sido metódicamente y científicamente observados y comprobados. Los cambios fisiológicos y psicológicos que se producen cuando el organismo pasa del estado de estrés o lucha y huida que demasiadas veces encontramos en el cotidiano, a la respuesta de relajación, son una consecuencia de la práctica de la meditación. 


-       Disminución: 
     del ritmo cardiaco;
     de la presión sanguínea;
     del ritmo respiratorio, la respiración se hace más lenta y profunda;
     de la contracción muscular;
     de los niveles de estrés;
-       Potenciar la relación mente-cuerpo;
-       Aumentar la autoestima y confianza;
-       Mejorar la concentración;
-       Alivio de dolores e inflamaciones;
-       Estimulo del sistema inmunitario;
-       Combatir la ansiedad y la depresión;
-       Agudizar la atención y la memoria;
-       Fomentar el estado de bienestar y serenidad;
   
No cabe duda de que tenemos en nuestras propias manos, en nuestra mente, una herramienta eficaz que actúa tanto a nivel físico, mental, emocional y espiritual.
En el estado de relajación, el cuerpo recobra su ritmo natural en el cuál se puede regenerar y curar tanto en el plan físico como psíquico. La claridad y quietud mental que experimentamos al meditar, repercute sobre nuestro cuerpo.
Esta noción se encuentra en uno de los 10 principios básicos del Tai Chi, disciplina oriental considerada como meditación en movimiento: ‘La energía espiritual es el amo, el cuerpo es el criado’. Es el espíritu el que emprende la acción, el cuerpo la realiza, uniendo así el interno y el externo.
Para que el cuerpo cure, necesita el acuerdo del alma.

Mente, cuerpo y respiración están íntimamente relacionados, lo que afecta a uno, afecta al otro. Disponemos a nuestro alcance de varias técnicas que nos enseñan a controlar la respiración, apaciguar las emociones, dirigir la atención para liberarnos de tensiones físicas y psíquicas y permitir que mente y espíritu encuentren serenidad y bienestar.



Todo suena muy bonito, pero no hay que creer que empezando a meditar, todos nuestros problemas se solucionan.
Practicar meditación requiere constancia, dedicación y paciencia. Si no aceptamos y no modificamos nuestra actitud ante nuestros problemas o enfermedades, poco cambiará. Es  un trabajo interno hacia la harmonía que se logra sin esfuerzo, sin lucha, sin prisas, pero con disciplina. En el silencio de nuestros pensamientos, la mente puede ver con claridad. Disipando emociones y pensamientos negativos, encontramos una mente clara y pura, un vasto espacio donde surgen naturalmente virtud, compasión, amor incondicional, paz y armonía.

Recordemos que la práctica de la meditación no puede ser totalmente disociada de su fin último. Relacionada con las más antiguas prácticas espirituales, su origen exacto se desconoce pero los vestigios más antiguos se encuentran en India y datan de
3000 años A de C. En la tradición budista, la meditación tiene un papel fundamental en el camino para alcanzar la iluminación, el estado de conciencia superior.

Muchos pensadores dedican suficiente tiempo intentando intelectualizar el carácter transcendental de la meditación, intentando describir un estado que va más allá de la mente conceptual. ¿Te ayudará a entender? Quizás, pero no te ayudará a vivirlo.
Es la enseñanza de Lao Tse, gran pensador chino, considerado como el creador del Taoismo, en su obra Hua Hu Ching:

‘El Tao hace surgir todas las formas, pero él mismo no tiene forma.
Si intentas representar una imagen en tu mente, lo perderás.
Es como clavar una mariposa con un alfiler: se capta la forma, pero se pierde el vuelo.
¿Por qué no contentarse simplemente con vivirlo?’

Por este medio, os invito a abrir el corazón, abrir la mente y descubrir el maravilloso ilimitado Universo que existe en el interior de cada uno de nosotros.
Simplemente relajaos, respirad y sed plenamente.
Quizás me podréis decir vosotros ‘qué es meditar’.

Autor: Sandra Cabeçadas
Instructora de Chi Kung

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